miércoles, 19 de diciembre de 2012
martes, 11 de diciembre de 2012
viernes, 23 de noviembre de 2012
Fin de año y puesta en marcha de la poesía
Cuando conocí el título de tu libro pensé que había dos sentidos ahí: por un lado, la idea de un mecanismo mediante el cual funciona lo cotidiano, algo abstracto, y por otro lado, lo concreto y barrial, que es pensarte a vos como una mecánica que se pone el overol para reparar los días. ¿Qué interpretación es más adecuada?
La mecánica de los días tiene que ver con las fuerzas capaces de producir movimientos, el funcionamiento de lo cotidiano. Al día lo veo acá como una máquina concreta, con sus engranajes y tornillos, que produce movimientos armónicos y caóticos. Pero también dentro de la cotidianeidad está lo otro que compone los días, eso abstracto. Es una energía que está por debajo, por arriba, entre medio de los motores. No sabemos muy bien cómo funciona, pero sabemos que está. Los días están hechos de aquello que conocemos como dinámica: hay una lógica en lo cotidiano. Pero para aquello que los hila no hay entendimiento. La energía que une los cuerpos con otros cuerpos, los cuerpos con las herramientas, las casualidades escapan a los mecanismos de interpretación. Sin embargo, esa energía sigue ahí y es lo más fuerte. Más fuerte que el acero de los tornillos y las velocidades de cualquier motor. No había pensado en mí como una mecánica de Caseros, toda vestida de azul, quizá. Aunque podría ser, me gusta y es viable esa interpretación. Hay un poco de reparación. Si pienso en lo caótico de los días, del tiempo, entro en los poemas con mi caja de herramientas para, por lo menos, reparar los engranajes, que es lo que puedo tocar. La energía que va entre medio es tan superior que hace su trabajo (aunque es parte también el querer luchar contra ella) y se repara sola, de algún modo.
Si te ponés en el lugar de lectora de tu propia poesía, ¿pensás que cada uno de tus poemas responde algo de vos?
Creo que cada poema tiene algo propio o algo de lo que/quien me rodea, aunque sea pequeño. A partir de ahí nace y se va encontrando con otras cosas en el camino. Con lo que no existe, a veces, también.
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Tres primeros poemas de La mecánica de los días (2012, Editorial Simulcoop)
La música entra y me avisa
El primer
sentimiento de mi vida funda
la
génesis de una cadena
de otros
sentimientos.
El miedo
a todo lo
que estuviera fuera de mí
y sobre
todo dentro.
En la
plaza suena la murga
la gente
que vive en mi casa pide silencio,
sin
embargo la música entra y me avisa
que es
momento de bailar.
Ya no es
más el tiempo
de
intentar ser siempre la preferida,
esa que
tiene una fe crédula
previa a
toda herida.
Estación Villa Bosch
Conozco
de memoria
los
escalones de la estación
que
forman escaleras, bancos o camas.
Me
alcanzan, mugrientos
al lugar
donde llega el tren.
Cuento
las baldosas
para
quedar en el mismo vagón
todos los
viajes.
Con las
voces que hay,
masitas, linternas, cuadernos
y canciones chacareras,
entro en
las páginas del libro
donde
antes no cabía;
ahora que
los sonidos
me
acompañan a andar.
Apoyada
contra la puerta que no abre
del
tercer furgón
todavía
veo las caras
que miran
mi contratapa.
Imagino que
lo conocen
y saben
bien la historia en la que ando.
Siento la
sonrisa de la protagonista en mi cara,
el pelo
se agita con el viento que no hay.
Sonrío.
Todos ahí saben
a mí me
gusta viajar como en una novela.
Potosí
Hay un
lugar en el mundo
donde el
tiempo no pasa.
Se queda
mirando y avanzan
los
carros de especias, los turistas,
ella
anochece en el mismo sitio.
Tiene una
casa chiquita como sus hijos
es lo
mismo la silla de la cocina
que el
cordón de la vereda, un político
con poder
que el celador del bus.
Es la
misma que su abuela, con distinta ropa.
Desde el
hostal de enfrente la veo bien,
me faltan
sólo dos días para partir.
Miro mis
manos resecas
y pienso
en la crema que olvidé en casa.
A veces
la superficialidad me queda bien,
otras me
hace apunar.
Melisa Papillo nació en 1984 en Caseros, Provincia de Buenos Aires. Se licenció Letras en la Universidad de Buenos Aires y actualmente es docente. La mecánica de los días es su primer libro de poesía.
lunes, 1 de octubre de 2012
Al fin del mundo se llega en Bondi
Este sábado desde las 21 hs en Morón sur leen: Sergio Ugena, Ximena Zabala y Walter Godoy.
Música: Luis Puppo.
Si usted viene no se pierda la oportunidad de tener contacto directo con nuestras humanidades.
No se retraiga solamente a tomar vino. En cuanto a esto y , sin el auspicio de ninguna bodega, algunos links que nos ayudaron a cerrar el concepto:
miércoles, 26 de septiembre de 2012
domingo, 16 de septiembre de 2012
Adelanto de ilustraciones para La vuelta de Paula Jiménez España, por Ana Barbieri
A fin de estimular el misterioso futuro, compartimos algunas de las ilustraciones creadas por Ana Barbieri para La vuelta (poesía) de Paula Jiménez España. Además, cada día falta menos para el lanzamiento de nuestra próxima publicación espiritual: La mecánica de los días (poesía), por Melisa Papillo.
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viernes, 24 de agosto de 2012
La vuelta (poesía) de Paula Jiménez España, próximamente por Editorial Simulcoop
¿Qué historia cuenta La vuelta (2013, Editorial Simulcoop)?
Cuenta la historia de los años más jóvenes. Una mirada desde la adultez a esos años que siguen nutriendo el presente, afectándolo. Y no porque hayan sido traumáticas las experiencias tempranas sino porque el tipo de intensidad que tiene la juventud sirve precisamente para darle una fuerza direccional al resto de la vida, un empujón potente que te orienta hacia determinado lado y del que no te podés - ni debés - desentender nunca. Sos quien fuiste y a su vez quien ya no sos. De eso se trata La vuelta. Si yo no fuera aún quien fui ni siquiera me preocuparía por revisar mi pasado, si lo reviso es porque ahí hay algo que todavía me explica, me justifica, me hace comprenderme en la actualidad.
Entonces La vuelta es un viaje al pasado en vez de un viaje a lo desconocido. ¿Volver es posible más allá del concepto?
Creo que lo digo en el último poema: es una vuelta sobre los pasos propios. Ese es el único concepto. Echar la mirada hacia atrás y ver el viaje que se hizo, que se sigue haciendo. Y no hay imposibilidad en eso, todo lo contrario, lo único que hay es posibilidad. La idea de imposibilidad en verdad viene de la aspiración a un ideal inalcanzable, imposible, algo con lo cual nos medimos y salimos perdiendo, claro. En cambio la posibilidad es la libertad. Y la libertad solo es posible si conocemos nuestros límites. Desde ese lugar escribí estos poemas. Desde el sentimiento de que algo en mí maduró y reviso todo el camino hasta llegar a este momento.
¿Tiene algún significado especial poder lanzar tu obra en el lugar en que creciste?
Sí, muchísimo significado. No te voy a decir cuál porque es una cosa íntima. Pero sí te voy a decir que me parece cosa de mandinga que el libro se esté lanzando en el mismo lugar donde transité mi juventud, que no es capital, donde siempre sucede todo. Es El Palomar, es Caseros, es el lugar del que me tuve que ir para poder olvidar y sentir que empezaba de nuevo.
¿Esto marca alguna diferencia respecto a tus anteriores obras?
Sí, claro. Creo que el destino se encargó de que en lo fáctico yo diera una vuelta también con mi propia escritura y me dedicara a escribir sobre algo que yo creía que había quedado en el tiempo; con un lenguaje simple más cercano a La casa en la avenida, mi segundo libro - que habla también de mi infancia y mi juventud- que a Espacios naturales, el último. Una vuelta completita. En ese sentido es un punto de inflexión de mi obra. El destino me conectó con un grupo de jóvenes artistas que me ayudan a dar esa vuelta sobre mis propios pasos y a cerrar un ciclo, ¿no es maravilloso? Era una vuelta que por mí misma no hubiera podido dar. ¿Y ven? Es otra vez la juventud la que da ese empujón decisivo en mi vida. Estoy muy agradecida. En la juventud y en la creatividad las cosas se hacen con el corazón.
Paula Jiménez es periodista, escritora y psicóloga. En poesía publicó “Ser feliz en Baltimore” (Nusud 2001), “Formas”, libro y cd (Terraza 2002), “La casa en la avenida” (Terraza 2004), con el que obtuvo en 2003 una mención del Fondo Nacional de las Artes, “La mala vida” (Bajo la luna, 2007), la plaqueta “Los pájaros” (Color pastel, 2007) , “Ni jota” (Abeja Reina, 2008) y “Espacios naturales” (Bajo la luna, 2009), por el que recibió el Primer Pemio del Fondo Nacional de las Artes en 2008. En 2007 obtuvo una mención del Fondo Nacional de las Artes, esta vez por “Sosiego”, libro de poemas aún inédito. En 2006 recibió el Primer Premio Nacional de Literatura Tres de Febrero y el Hernández de Plata en categoría Poesía y en 2008 el Segundo Premio Nacional de Literatura Tres de Febrero. Sus cuentos “Aventuras de Eva en el planeta” (2005) y “La calle de las alegrías” (2006) fueron editados en Barcelona (Serena Ediciones). Por “Mariquita Sánchez” recibió en 2007 el 2º Premio de relato corto LGBT de Hegoak (País Vasco). Integró el consejo editorial de las editoriales “Nusud” y “Abeja reina”. Textos suyos integran diversas antologías argentinas, españolas e hispanoamericanas, entre ellos Animales distintos (España, México y Argentina, 2008) y Voces para Lilith (Estruendomudo, 2012). Como crítica literaria escribió para las revistas “Hablar de poesía” (Argentina) y “La estafeta del viento” (España). Colabora con el suplemento “SOY” de Página/12. Coordina talleres de escritura desde 2001.
jueves, 23 de agosto de 2012
"Ni si quiera tenemos una mesa"
Preguntas y respuestas sobre Editorial Simulcoop en Revista Tónica http://revistatonica.com/ni-siquiera-tenemos-una-mesa/
Rodrigo Arreyes nació el 31 de mayo de 1985 en San Martín, Provincia de Buenos Aires. Es traductor y estudia Letras en la UBA. Manifestación de todo lo visible es la primera publicación de la Cooperativa Editorial Simulcoop, en la que también colabora. Desde hace unos años administra el blog fideosconmanteca.blogspot.com.
¿Cuándo y con qué objetivo nace la editorial Simulcoop?
La editorial surge en 2011 con el objetivo de formar una cooperativa y publicar prosa y poesía. Nos interesa convocar personalmente a artistas de la periferia y no sólo a través de mails o redes sociales, sino de manera directa. Creemos en la sociabilización, en salir a la calle y difundir nuestros sueños.
¿En qué se diferencian de otras editoriales independientes?
En que sólo publicamos un libro. Somos un misterio.
¿Cuántos son y cómo trabajan?
La editorial es una cooperativa y trabajamos de modo artesanal. No tenemos máquinas, ni capitales. Ni siquiera tenemos una mesa. Empezamos siendo siete, pero ahora, luego de la primera presentación, nos prometimos llegar a ser diez integrantes y armar un taller de encuadernación en la Biblioteca de Ciudad Jardín. Al principio nos reuníamos en la casa de Evangelina Lennarduzzi, en El Palomar (Morón), pero ahora nos mudamos a Loma Hermosa (Tres de Febrero), donde laburamos y estamos acordando los pasos a seguir.
¿Qué géneros piensan abordar?
Poesía, novela y cuento.
¿Creen que la editorial es un negocio?
Hay distintas visiones en el grupo, pero la mayoría de nosotros espera que en un futuro cercano la editorial pueda generar trabajo para todo el grupo. Por ahora no perdemos dinero.
¿Por qué auto publicarse?
Mi obra es un experimento de la editorial. Para mí fue un riesgo, una apuesta al grupo y la posibilidad de hacerlo por un camino más simple.
¿Cuál será el próximo título de Simulcoop?
La vuelta de Paula Jiménez y La mecánica de los días de Melisa Papillo, que ya están en marcha. Son dos libros de poesía hermosos, con ilustraciones a cargo de Ana Barbieri y Romina Desgasperi.
¿Dónde pueden conseguirse los libros?
En las presentaciones/lecturas que organizamos. Por correo, escribiendo a editorialsimulcoop@gmail.com (el precio no incluye costo de envío). En Librería Mi Casa y enRaíces y Cultura Libros; próximamente, también en Librería Morgana de Caseros
martes, 21 de agosto de 2012
¿Cómo consigo los libros de Editorial Simulcoop?
Seguimos tomándonos colectivos y trenes para estar más cerca de nuestros lectores. Miramos por la ventanilla, descargamos la SUBE, pedimos permiso para pasar y charlamos con el de al lado, pero sobre todo en cada viaje seguimos atesorando el sentimiento magnífico de la vida: así robamos nuestro ladrillo.
No obstante, en Editorial Simulcoop sabemos que es muy difícil espiritualizar la distribución de nuestros libros a corto plazo, mucho menos si tratamos de hacerlo solos. Joya, sabé vos que nuestros libros pueden durar más de 300 años, eso está probado, y que por ahora podés encontrarlos de la siguiente manera:
1- En las presentaciones/lecturas que organizamos.
2- Por correo, escribiendo a: editorialsimulcoop@gmail.com (el precio no incluye costo de envío).
3- En Librería Mi Casa http://www.facebook.com/libreria.micasa
4- En Raíces y Cultura Libros http://www.facebook.com/raicesyculturalibros
Pronto: Librería Morgana (Caseros)
¡Hablamos!
Reseña en Revista Tónica
Reseña de Leticia Martín sobre Manifestación de todo lo visible (Editorial Simulcoop 2012) en Revista Tónica.
ARAÑA BRASILEÑA
Por Leticia Martin // leticiamartinelem@gmail.com
Manifestación de todo lo visible, de Rodrigo Arreyes.
Editorial Simulcoop. 64 páginas. $70.
Editorial Simulcoop. 64 páginas. $70.
La novela corta Manifestación de todo lo visible, presentada en sociedad hace poco más de un mes, cuenta la historia de un chico que deja su casa en Villa Bosch para regresar a Brasil, donde lo criaron sus abuelos. Allí se reencuentra, entre otras cosas, con ciertas costumbres olvidadas, aprende a disparar e incursiona en la práctica del espiritismo que le enseña su abuela.
La novela está dirigida a un público joven, interesado en la experimentación con el lenguaje y en ver representada su jerga o ciertos hábitos y prácticas en un texto narrativo. Más allá de la clara influencia de sus propias experiencias de vida, como haber vivido en Brasil, o haber desarrollado oficios manuales como el de gomero, se percibe en la narración de Arreyes una observación no convencional de la realidad, que se traduce en unas combinaciones poco frecuentes y unas relaciones entre sustantivos y adjetivos que vuelven novedoso al texto. “Sé que el tiempo pasa y las frases lo boxean”, “Su hermano murió de tren”, “Esa familia vino al mundo sin culo”. También hay ciertas comparaciones muy visuales que enriquecen la narración: “Preocupaciones con la consistencia del telgopor”, por ejemplo, o “desaparecieron del barrio como en el invierno desaparecen las heladerías”.
Hay algo en esos párrafos enrarecidos que recuerda la construcción narrativa de Clarice Lispector, escritora ucraniana que residió en Brasil hasta su muerte, así como de la poesía brasileña y la propia necesidad de decir corrido, ampliando los márgenes del lenguaje. La inventiva en la frase, la búsqueda de la forma nueva y el desparpajo para con las normas lingüísticas que, si bien de modo formal parecieran no colaborar con la escritura, en el plano del contenido son muy ricas. Las metáforas, las comparaciones, las observaciones extrañas y las fotos que hay en varias líneas de la novela son, sin lugar a dudas, lo mejor de este trabajo que destruye la pereza del lector acostumbrado a la prosa llana y prolija, exigiéndole más trabajo.
En ese mismo punto estaría los límites de la novela; poner a prueba la actividad receptiva de los lectores puede generar a la vez cierto distanciamiento. En el caso particular de Arreyes, su forma de narrar logra capturar al lector y tenerlo entretenido en los juegos interpretativos del lenguaje que genera. “Yo quisiera ser de viejo una persona con muchas frases, vivir como una araña en la cima de una pared, tirando frases para atrapar al que pasa por debajo”.
viernes, 17 de agosto de 2012
Un polaco por el litoral
Lunes
Después de mucho tiempo y con gran
somnolencia navegué de vuelta, de norte a sur… y ayer a las ocho de la noche
pasé del barco a una lancha que me condujo al puerto de Goya, pueblo pequeño,
tres mil habitantes, en la provincia de Corrientes.
Uno de esos
nombres que a veces, al verlos en el mapa, excitan nuestra curiosidad. ¿Por qué?
Por no ser interesante, porque nadie viaja a ellos…¿Goya? ¿Qué puede ser eso?
El dedo cae en un nombre: una aldea en Islandia, un pueblito argentino… y nos
tienta el deseo de ir a conocerlos.
Miércoles
Goya,
pueblito llano.
Un perro,
un bodeguero en el umbral de una tienda. Un camión rojo. Sin comentarios. Incapacidad
de glosarlos. Las cosas aquí son como son.
Jueves
La casa
donde vivo es amplia. Es una antigua y digna residencia de un estanciero de la
región (porque estos estancieros tienen por lo general dos casas: una en la
estancia, otra en Goya). Un jardín lleno de cactus mastodónticos.
Aquí me
tienen. ¿Por qué aquí? Si alguien me hubiese dicho hace años en Maloszyce que yo
iba a estar en Goya! .. Por la misma razón que estoy en Goya podría estar en
cualquier parte. Todos los lugares del mundo comienzan a pesarme, a hastiarme
reclamando mi estadía en ellos.
Paseo por
la plaza Sarmiento en un anochecer azul. Extranjero exótico para ellos. Y al
fin, a través de ellos me vuelvo ajeno a mi mismo: me estoy haciendo a mí mismo
visitar Goya, como si fuera una persona desconocida la detengo en la esquina, la
siento en una silla en el café, la hago cambiar palabras sin importancia con un
interlocutor casual y escucho mi voz.
Fragmento de Diario argentino, Vitold Gombrowicz
martes, 31 de julio de 2012
lunes, 30 de julio de 2012
lunes, 16 de julio de 2012
Hace una semana y dos días
Separadamente y filtrados por el frío fuimos llegando los integrantes del cuerpo de Editorial Simulcoop al Centro Cultural y Político Néstor Kirchner, en Morón sur. La unidad básica estaba hermosa, la gente se arremolinaba en la barra y también en la parrillita, nosotros mientras tanto, preferimos quedarnos en la puerta, bajo un cartel dañado que mostraba un nombre y una foto arrancados por alguien, otra noche.
El foquito no daba más de encanto, los watts eran los justos y entramos. Ahí leímos. Me tocó abrir las lecturas bajo un silencio respetuoso que se mantuvo a lo largo de la noche, claro, así es más fácil -todo viene de regalo-; me mandé. Leyó Damián Lamanna Guiñazú sus poemas ante motores de colectivos que pasaban por afuera y su tono se impuso. Miraditas de por medio, anotados en un papel, leyeron ríos de gente que desembocaron milagrosamente en buen puerto. Arribó Rodrigo Arreyes, fue imprevista su llegada y al igual que con su poesía embolsó gatos en medida justa. Hubo más silencio y entre que la lectura concluía, el viaje siguió con Paula Jiménez. Nos dejó a mitad de todo, expectantes, con partes de "La vuelta". Terminamos. Escritores escriban, lean, punch.
lunes, 2 de julio de 2012
sábado, 30 de junio de 2012
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Centro Cultural y Político Néstor Kirchner,
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Rodrigo Arreyes
Un fantasma recorre la periferia
Dando unas cuantas vueltas de tuerca al desenlace de la Batalla de Caseros, que ocurrió a dos cuadras de Pedernera 280 y en pleno verano, el 16 de junio le sacamos el cuerito a la publicación lanzando la Cooperativa Espiritual Editorial Simulcoop en El Palomar.
Ese día podríamos cómodamente haber salido de casa sólo para llevarnos los libros de la Capital, corriendo con billetes a las librerías del centro, en barrios de literatura como Caballito, Villa Urquiza o la Boca. Pero la historia fue muy distinta. Con nuestra acción fuimos más intensos que el Comprame un alfajor por favor porque podría estar robando pero no lo hago que habitualmente forma parte de las pequeñas historias de las reuniones en lugares periféricos. Todo cambió. Hubo chocolatada hasta el anochecer y conseguimos una lectura inolvidable para una nueva geografía editorial.
Queremos agradecer especialmente a Paula Jiménez y a Melisa Papillo (pronto vamos a empezar a coser sus poemarios) por leernos sus poemas y a aquell@s que se acercaron para dejarnos sus comentarios, cariños y obras. Ya tenemos más para completar las bibliotecas del mundo. Infinitas gracias también a los guerriller@s simulcoopantes de tierras lejanas que se perdieron en el San Martín o no pudieron domar los colectivos, y llegaron tarde o nunca llegaron, pescándose un resfrío o una bronquitis en el Tercer, Cuarto o Quinto Cordón, como nos informaron. Sepan que ya vendimos toda nuestra primera tirada y que pronto vamos a repetir y ampliar todo lo que hicimos hasta ahora.
Perlitas aldeanas
El lugar que elegimos para hacer la presentación es un centro de capacitación para empleadas domésticas desocupadas, subocupadas o con experiencia laboral no formal en la UGC 3 de El Palomar. Se trata de una gran casa con cocina, baños, una habitación y comedor. En ese esquema ocupamos el lugar físico de la pared, el aula que puede verse en la foto de este post. Ahí organizamos la lectura y sacamos al aire Manifestación de todo lo visible. La música estuvo a cargo de Martín "Curly" La Scaleia y Laura González Stefani, quienes generosamente se presentaron a último momento, salvándonos del invierno que castigó las cuerdas vocales del cantante de Also Sprach. Loly Sprach apenas pudo acercarse a tomar una sabrosa chocolatada. Con él queremos hacer la próxima.¡Gracias, querid@s!
Fotos: Stephi
Tensión en el sistema nervioso
"MARCH, 1967 | 27
Dear Mama,
Please don't take what I expressed in my last letter too seriously. I was feeling extremely bad. Try to relax; the mental depression you are presently gripped by comes from a very common cause, particularly among us blacks here in the U.S. As a defense, we look at life through our rose-colored glasses, rationalizing and pretending that things are not so bad after all, but then day after day — tragedy after tragedy strikes and confuses us, and our pretense fails to aid or dispel the nagging feeling that we cannot have security in an insecure society, especially when one belongs to an insecure caste within this larger society. I believe sincerely that you will be a very unhappy and perplexed woman for as long as you try to pretent that you have anything in common with this culture, or better, that this culture has anything in common with you, and as long as you pretend that there is no difference between men, and as long as you try to be more English than the English, while the English ignore your attempts and use your humility to their advantage.
I suggest no action, no physical action that is, for I know you have never been a woman of action, but I do suggest that you purge your mind little by little of some of your Western notions. Direct your nervous animosity at the right people and their system, and stop, for your own sake please stop blaming yourself. If you were, right now, walking toward your kitchen with the whole family's life savings in your hand, let's say, and I sneaked up behind you and pulled the rug from under you and you fell and broke your arm, leg, nose, and the money flew into the burning fireplace, would you get up blaming me for pulling the rug, or would you just lay there and blame yourself and pretend that you didn't really fall, or that the whole thing made no difference anyway? The analogy is perfect.
Do you know who I blame for what has happened to me the last 25 years, and before to my ancestors? I would be narrow-minded indeed if I blamed any of you, my folks. I don't blame you for not teaching me how to get what I wanted without getting put in jail, nor do I blame myself. I was born knowing nothing and am a product of my total surroundings. I blame the capitalistic dog, the imperialistic, cave-dwelling brute that kidnapped us, pulled the rug from under us, made us a caste within his society with no vertical economic mobility. As soon as all this became clear to me and I developed the nerve to admit it to myself, that we were defeated in war and are now captives, slaves or actually that we inherited a neoslave existence, I immediately became relaxed, always expecting the worst, and started working on the remedy. Can you play chess? It relaxes, builds foresight, alertness, concentration, and judgment. Learn, so we can play next year.
George"
Soledad brother. Cartas de prisión, George Jackson
sábado, 23 de junio de 2012
martes, 12 de junio de 2012
viernes, 8 de junio de 2012
Literatura macumbera, por Damián Lamanna Guiñazú (*)
Sobre Manifestación de todo lo visible de Rodrigo Arreyes (Editorial Simulcoop, 2012) publicada en la revista Ni un paso atrás (Diario Tiempo Argentino, 8/6/2012)
Literatura macumbera. De San Pablo a Villa Bosch
por Damián Lamanna Guiñazú
Manifestación de todo lo visible, la primera novela de Rodrigo Arreyes, indaga en el pensamiento metafísico y la magia. El autor se pregunta hasta qué punto podemos pensar el mundo de forma causal. Se presentará el 16 de junio en la UGC de El Palomar.
Primera conjetura: sentado en una mesa de madera y en posición poco solemne, Dios (algún dios) se divierte en una partida de ajedrez interminable. Del otro lado del tablero, un arlequín cumple el papel de diablo: se disfraza de todas las representaciones humanas y sonríe pensativo como quien solo puede divertirse planeando el mal. Las piezas son un rebaño, la representación de todos los seres vivos que han habitado esta tierra a lo largo de los tiempos. Periódicamente (nadie podría medir el tiempo), intercambian la silla y continúan con el juego sin reparar en sus alrededores. No se sabe si los seres humanos están arriba o abajo.
Segunda conjetura: una remera blanca, bastante sucia estampada con la cara de Jesús, radiante y solo, cruza el conurbano en un colectivo iluminado. Imágenes de ángeles, agujeros, mangas percudidas: la obra de un artesano de la tela, de un programador de los harapos.
Tercera conjetura: hablar como un niño sincero, inocente y brutal. Unir cada acontecimiento o historia con una “y” coordinante, vaga. El juego –siempre- es una acción de vida o muerte más allá de lo que digan los adultos. Una cuerda que se tensa para cortar la cabeza de la imaginación. En la infancia, los días no son “todos iguales”. Entre estas posibilidades, estas historias -a veces reales, a veces imaginarias- y tantas otras que todavía nadie se atrevió a contar, se inscribe Manifestación de todo lo visible, la primera novela de Rodrigo Arreyes (Editorial Simulcoop, 2012).
Un primer acercamiento al texto nos obliga a pensar en la metáfora del viaje (la imposibilidad mimética de narrarlo en tiempo real), el recorrido de los personajes por diferentes planos, la alteridad de la lengua (portugués y español). Sesgo autobiográfico, la historia se desarrolla (¿se desarrolla?) entre el oeste/noroeste del conurbano bonaerense y las calles de una ciudad de San Pablo catastrófica y vacía. Al respecto, al consultarle por las recurrencias de los espacios seleccionados, el autor sugirió que “San Pablo y Villa Bosch se parecen mucho. En San Pablo entran como cuarenta Buenos Aires por lo cual está lleno de barrios internos, periféricos, así como Bosch.” En ese ir y venir -para nada lineal y bastante desordenado- se posibilita la reconstrucción biográfica.
La amistad, el amor no correspondido, los vínculos triangulares, los cambios de pareja, el ocio de los trabajadores, la magia y la religión. El narrador de Manifestación de todo lo visible, homónimo y alter-ego del autor, es un ensamblador del pasado. Desde Brasil, a media res entre los planes de un postgrado macumbero en la casa “de los parientes” y la necesidad de evadirse de una Buenos Aires donde el futuro se vislumbra poco nítido, Rodrigo cuenta su historia -la de los barrios- a través de un montaje de anécdotas donde solo se repiten los personajes, a veces tratados con mayor familiaridad, a veces con desasosiego. En este sistema, la causalidad cede ante la inminencia del azar: aquel status sobrenatural que guía el destino de los seres vivos.
En Manifestación hablan la calle, el ocio y la muerte pero no desde un imaginario populista folclórico. Lejos de reivindicar su origen-infancia-juventud, el narrador y protagonista (que lo es poco en la mayoría de las anécdotas) se define en esa distancia que lo sitúa como observador, como aquel que puede señalar-descubrir los mecanismos invisibles y las leyes que rigen los devenires del mundo y restringen a los hombres. “Dios está oculto en lo que existe; el diablo es entonces la resistencia contra su irrealidad para manifestarse.” La experiencia es metafísica. Poco importan las coyunturas de la vida y las decisiones particulares frente a ese panorama que asoma desde atrás de los huecos.Manifestación es la historia de esa pregunta, de la arbitrariedad que organiza las anécdotas. Ya no hay paraíso perdido, ni resistencia. Tampoco hogar a donde volver. Sí hay posibilidad de seguir contando, de adorar, de dar lugar a la mutación permanente.
Arreyes construye la voz del texto como un andar callejero opaco y desapasionado, como un trajinar con fierros, el ensamble autopartista de la frase (alternativa del refrán, refugio lingüístico): una gramática poco ortodoxa, deformada, minuciosa. Matriz poética, medición de la densidad de cada significante, la palabra fluye en sus cortes, en la comparación inesperada, en los carraspeos. Un narrador que se define maestro y exhibe su falta de erudición, que no necesita explicitar intertextualidades literarias para poder decir, ni teme sonar confuso a fines de no perjudicar la respiración del texto, que incluso se expresa como un niño-adolescente ante un mundo poco comprensible. ¿En todo caso, se puede hablar de la vida sin perplejidad?
Y en este recorrido, en este nihilismo religioso que salpica la mirada, Manifestación de todo lo visible sigue siendo la primera obra orgánica publicada por Rodrigo Arreyes. La primera experiencia en papel tras años de experiencia en blogs (Fideos con manteca, fundamentalmente), antologías y otros soportes digitales. Allí sobreviven otras huellas, la evidencia incipiente, lo inevitable de un sólido vaticinio poético.
Sobre la editorial
La cooperativa editorial Simulcoop (editorialsimulcoop@gmail.com) funciona desde mediados de 2011. Cada semana los integrantes de este proyecto se reúnen en un taller de El Palomar para coser, pegar tapas, discutir sobre arte y literatura, visualizar las ediciones y trabajar cada libro como un objeto artesanal. Quien visite el taller podrá ver, en un rincón, una de esas prensas viejas apretando algunos ejemplares ya encolados, a la espera del armado de las tapas. El equipo incluye escritores, diseñadores y artistas plásticos: en Simulcoop cada ejemplar es el resultado del trabajo colectivo.
Manifestación de todo lo visible representa el debut editorial de Simulcoop. Para los próximos meses, los editores están trabajando en las producciones de las poetas Paula Jiménez y Melisa Papillo.
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