viernes, 8 de junio de 2012

Literatura macumbera, por Damián Lamanna Guiñazú (*)


Sobre Manifestación de todo lo visible de Rodrigo Arreyes (Editorial Simulcoop, 2012) publicada en la revista Ni un paso atrás (Diario Tiempo Argentino, 8/6/2012) 


Literatura macumbera. De San Pablo a Villa Bosch

por Damián Lamanna Guiñazú 


Manifestación de todo lo visible, la primera novela de Rodrigo Arreyes, indaga en el pensamiento metafísico y la magia. El autor se pregunta hasta qué punto podemos pensar el mundo de forma causal. Se presentará el 16 de junio en la UGC de El Palomar.

Primera conjetura: sentado en una mesa de madera y en posición poco solemne, Dios (algún dios) se divierte en una partida de ajedrez interminable. Del otro lado del tablero, un arlequín cumple el papel de diablo: se disfraza de todas las representaciones humanas y sonríe pensativo como quien solo puede divertirse planeando el mal. Las piezas son un rebaño, la representación de todos los seres vivos que han habitado esta tierra a lo largo de los tiempos. Periódicamente (nadie podría medir el tiempo), intercambian la silla y continúan con el juego sin reparar en sus alrededores. No se sabe si los seres humanos están arriba o abajo.

Segunda conjetura: una remera blanca, bastante sucia estampada con la cara de Jesús, radiante y solo, cruza el conurbano en un colectivo iluminado. Imágenes de ángeles, agujeros, mangas percudidas: la obra de un artesano de la tela, de un programador de los harapos. 

Tercera conjetura: hablar como un niño sincero, inocente y brutal. Unir cada acontecimiento o historia con una “y” coordinante, vaga. El juego –siempre- es una acción de vida o muerte más allá de lo que digan los adultos. Una cuerda que se tensa para cortar la cabeza de la imaginación. En la infancia, los días no son “todos iguales”. Entre estas posibilidades, estas historias -a veces reales, a veces imaginarias- y tantas otras que todavía nadie se atrevió a contar, se inscribe Manifestación de todo lo visible, la primera novela de Rodrigo Arreyes (Editorial Simulcoop, 2012).

Un primer acercamiento al texto nos obliga a pensar en la metáfora del viaje (la imposibilidad mimética de narrarlo en tiempo real), el recorrido de los personajes por diferentes planos, la alteridad de la lengua (portugués y español). Sesgo autobiográfico, la historia se desarrolla (¿se desarrolla?) entre el oeste/noroeste del conurbano bonaerense y las calles de una ciudad de San Pablo catastrófica y vacía. Al respecto, al consultarle por las recurrencias de los espacios seleccionados, el autor sugirió que “San Pablo y Villa Bosch se parecen mucho. En San Pablo entran como cuarenta Buenos Aires por lo cual está lleno de barrios internos, periféricos, así como Bosch.” En ese ir y venir -para nada lineal y bastante desordenado- se posibilita la reconstrucción biográfica.

La amistad, el amor no correspondido, los vínculos triangulares, los cambios de pareja, el ocio de los trabajadores, la magia y la religión. El narrador de Manifestación de todo lo visible, homónimo y alter-ego del autor, es un ensamblador del pasado. Desde Brasil, a media res entre los planes de un postgrado macumbero en la casa “de los parientes” y la necesidad de evadirse de una Buenos Aires donde el futuro se vislumbra poco nítido, Rodrigo cuenta su historia -la de los barrios- a través de un montaje de anécdotas donde solo se repiten los personajes, a veces tratados con mayor familiaridad, a veces con desasosiego. En este sistema, la causalidad cede ante la inminencia del azar: aquel status sobrenatural que guía el destino de los seres vivos.

En Manifestación hablan la calle, el ocio y la muerte pero no desde un imaginario populista folclórico. Lejos de reivindicar su origen-infancia-juventud, el narrador y protagonista (que lo es poco en la mayoría de las anécdotas) se define en esa distancia que lo sitúa como observador, como aquel que puede señalar-descubrir los mecanismos invisibles y las leyes que rigen los devenires del mundo y restringen a los hombres. “Dios está oculto en lo que existe; el diablo es entonces la resistencia contra su irrealidad para manifestarse.” La experiencia es metafísica. Poco importan las coyunturas de la vida y las decisiones particulares frente a ese panorama que asoma desde atrás de los huecos.Manifestación es la historia de esa pregunta, de la arbitrariedad que organiza las anécdotas. Ya no hay paraíso perdido, ni resistencia. Tampoco hogar a donde volver. Sí hay posibilidad de seguir contando, de adorar, de dar lugar a la mutación permanente.

Arreyes construye la voz del texto como un andar callejero opaco y desapasionado, como un trajinar con fierros, el ensamble autopartista de la frase (alternativa del refrán, refugio lingüístico): una gramática poco ortodoxa, deformada, minuciosa. Matriz poética, medición de la densidad de cada significante, la palabra fluye en sus cortes, en la comparación inesperada, en los carraspeos. Un narrador que se define maestro y exhibe su falta de erudición, que no necesita explicitar intertextualidades literarias para poder decir, ni teme sonar confuso a fines de no perjudicar la respiración del texto, que incluso se expresa como un niño-adolescente ante un mundo poco comprensible. ¿En todo caso, se puede hablar de la vida sin perplejidad?

Y en este recorrido, en este nihilismo religioso que salpica la mirada, Manifestación de todo lo visible sigue siendo la primera obra orgánica publicada por Rodrigo Arreyes. La primera experiencia en papel tras años de experiencia en blogs (Fideos con manteca, fundamentalmente), antologías y otros soportes digitales. Allí sobreviven otras huellas, la evidencia incipiente, lo inevitable de un sólido vaticinio poético.


Sobre la editorial
La cooperativa editorial Simulcoop (editorialsimulcoop@gmail.com) funciona desde mediados de 2011. Cada semana los integrantes de este proyecto se reúnen en un taller de El Palomar para coser, pegar tapas, discutir sobre arte y literatura, visualizar las ediciones y trabajar cada libro como un objeto artesanal. Quien visite el taller podrá ver, en un rincón, una de esas prensas viejas apretando algunos ejemplares ya encolados, a la espera del armado de las tapas. El equipo incluye escritores, diseñadores y artistas plásticos: en Simulcoop cada ejemplar es el resultado del trabajo colectivo.
Manifestación de todo lo visible representa el debut editorial de Simulcoop. Para los próximos meses, los editores están trabajando en las producciones de las poetas Paula Jiménez y Melisa Papillo.

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